El Bar de los Artistas es un viaje en el viaje…
Su universo cinematográfico purpuro y relajado como el de un bar americano, digno de las grandes películas de los años 50, es un lugar idóneo a las conversaciones sin fin después de un periplo en el desierto. Dispone de tres espacios, tres ambientes con luz tamizada, para relatar el día antes como después de la cena. De este modo, se puede disfrutar tanto de una conversación a dos frente a la chimenea, de un coctel en el mostrador frente a la maravillosa vitrina como de un aperitivo amigable alrededor de los veladores marroquís dorados.
Un imprescindible del Palais Masandoia, el Bar de los Artistas está más que aprobado por sus huéspedes. Propone una carta variada de vinos (franceses, españoles y marroquís), de cervezas, de licores y de cocteles realizada con las frutas locales de temporada.
Perfecto para alargar aún mejor, un día de aventuras en el desierto después de un buen hammam, saboreamos una copa de champan o un mojito escuchando una buena pieza de jazz. La mirada puesta en los carteles cinematográficos de las películas realizadas en la región que decoran los muros, nos ofrecemos un paréntesis, sentados en uno de los sillones rojos que nos invita insaciablemente a reproducir la película soñando.
El restaurante de Masandoia ofrece cocina marroqui, lo «casero» y «a medida».
Elegidos en el mercado cotidiano de Erfoud, los productos locales (carne, legumbres, y fruta de temporada) son presentados en forma de menús originales, uniendo platos tradicionales y cocina internacional. Parte importante de la cultura marroquí, la cocina ilustra la hospitalidad y el saber-vivir legendario de este país que el Palais Masandoia destaca a cada instante del día para satisfacer todo tipo de demanda.
El desayuno en forma de buffet propone una dulce mezcla de culturas donde el té a la menta y las crepes tradicionales marroquís (beghrir, rghaif) son preparados cada mañana para perfumar el despertar. Sin olvidarnos de la repostería fina, los bizcochos y las magdalenas caseras y sacadas directamente del horno acompañados por huevos revueltos, zumo de naranja exprimido y café.
El salón marroquí Tuareg en frente puede al igual acoger a los clientes para el ritual del té a la menta acompañado de los deliciosos panecillos marroquís.
El pan y la repostería son caseros.
Para las comidas, el Palais Masandoia, deja que el chef se inspire de los productos del mercado del día para realizar el menú. Combina platos tradicionales marroquís conocidos y recetas locales muy confidenciales. Al lado de los famosos tajines, cuscús, pinchos morunos de carne y pastillas, el menú resalta en efecto secretos bien guardados de la región como son la harira berebere, la sopa típica marroquí tomada más comúnmente durante el ramadán, la medfuna, pizza berebere y demás tesoros culinarios de la cocina marroquí y berbere.
Al exterior, el restaurante dispone de un horno tradicional utilizado comúnmente para la cocción a fuego lento del famoso mechui (cordero asado), disponible bajo reserva.
Para las cenas de grupos como pueden ser el fin de año, las ferias o seminarios, los rodajes de películas o las fiestas de cumpleaños, el equipo del restaurante tiene la costumbre de elaborar los menús a medida y bajo los diferentes temas y así responder a las comodidades especiales (ostras, foie gras, sushis..)
Creando para todos los gustos y amantes de una infinita variedad de sabores, los cocineros del Palais Masandoia, se adaptan a todo tipo de solicitud o de régimen en particular, pudiendo por ejemplo proponer menús vegetarianos, veganos u originarios de la cocina internacional.